“Perder con clase y vencer con osadía, porque el mundo pertenece a quienes se atreven”. Charles Chaplin.
Su madre Hannah Hili, cantante de variedades, tuvo que sacar adelante a sus dos hijos Sydney y Charles. Pero en una de sus actuaciones le falló la voz. El empresario envió a escena al pequeño Charles de 5 años, que imitó la voz de su madre incluyendo el desfallecimiento final, para gran diversión del público. Ése fue su debut artístico.
Charles Chaplin se atrevió y su vida cambió.
Atreverse es saltar a lo desconocido, explorar rutas sin mapas. Se produce una gran descarga de adrenalina. Nos hace sentirnos vivos y capaces.
¿Y qué saboteador aparece cuando decidimos atrevernos? EL MIEDO.
Miedo a lo desconocido, miedo al ridículo, miedo al fracaso, miedo al qué dirán, miedo al dolor, a la pérdida, miedo y más miedo, hasta llegar al miedo irracional. Y así podemos llegar a la conclusión de que lo mejor es no hacer nada, quedarnos en ese colchón seguro, que nos aburre pero nos da seguridad, y nos convencemos a nosotros mismos que “atreverse” es una locura.
Pero, como bien decía Albert Einsein, “loco es aquel que haciendo siempre lo mismo espera resultados distintos”.
“Atreverse” es tomar la opción del conocimiento. ¿Qué podemos perder si nos atrevemos?. Absolutamente nada. Sólo abriremos más puertas a nuestro conocimiento y tendremos nuevas sensaciones y emociones. Incluso si no conseguimos el objetivo, también habremos ganado, porque habremos experimentado una nueva sensación y, por el camino, descubriremos nuevos aspectos de nosotros mismos.
Y “atreverse” no es lanzarse al abismo sin paracaidas . Eso sólo lo harían los necios.
Atreverse es llevar a la práctica los sueños, los proyectos, las ilusiones que tenemos guardadas en lo más profundo de nuestro ser.
Y podréis pensar que hoy escribo un artículo reflexivo aludiendo a citas famosas. Pero os puedo asegurar que es un artículo estrictamente médico. Basado en los principios de la Medicina Antiaging.
Por cada proyecto que una persona tiene y “se atreve” a llevarlo a cabo, rejuvenece cinco años. Lo importante no es, en absoluto, conseguirlo o no. Recordad, “perder con clase y ganar con osadía”. Lo importante es “atreverse” y sentirse vivo.
Por prescripción facultativa os prescribo que persigáis vuestros sueños y disfrutéis de cada momento, que dejéis nacer a esa persona que lleváis dentro de vosotros mismos, pero que está encadenada a la mediocridad.
Dentro de cada ser está la mejor versión de ese ser. Y está esperando a que el ser “se atreva” y la deje salir.
Y esto sólo se consigue “atreviéndose”. Atreverse a soñar, atreverse a hacer cosas nuevas, atreverse a hacer lo que realmente nos gusta, atreverse a decir lo que pensamos, atreverse a hacer lo que decimos…
Es el mejor tratamiento para cualquier tipo de dolencia, ya sea física o psíquica. combate los dolores, estimula la sonrisa, hace que el sueño sea auténticamente reparador, es una fuente de placer y conocimiento.
¿Te atreves?